12 y 13 de abril 2025. Valle del Jerte

 Después de una ajetreada semana visitando la Facultad de Veterinaria de Leipzig, los retrasos en los vuelos de vuelta me llevaron a perder el tren y tener que culminar el cansado viaje a Zaragoza en un bus nocturno... Esto unido al inminente trancazo que estaba empezando a incubar, culminó con mi cuerpo maltratado a las 4.30h de la mañana llegando a casa... Al día siguiente teníamos programada la partida hacia Extremadura en nuestra furgoneta camper y no iba a ser yo la que retrasara nuestras vacaciones! Así que saqué fuerzas de donde no tenía, acabamos de preparar la furgo y cogimos camino Soria, donde haríamos la primera noche. 

Soria es una provincia por explorar a la que le tenemos ya muchas ganas, pero como tenemos una semanita de vacaciones, vamos a aprovechar para ir un poco más lejos. Ya tendremos tiempo de explorar a fondo la rica naturaleza soriana.

Para dormir encontramos un encantador y tranquilo lugar en medio de un carrascal donde tan solo el cantar de una lechuza nos acompañó durante la noche. Por la mañana del domingo, aprovechamos para darnos un buen paseo por el carrascal disfrutando de la tranquilidad del lugar. 

Hoy sí que queríamos llegar al Valle de Jerte, así que cogimos carretera y manta y apretamos a fondo para llegar pronto. Aunque vamos un poco tarde con respecto a la floración de los cerezos, seguro que todavía los encontrábamos florecidos, como así fue.

El valle es precioso y los cerezos, algunos de ellos centenarios, no desmerecen el encuentro. No obstante, he de confesar, que nos decepcionó un poco... no sé si es porque había pasado ya la semana crucial en la que la mayoría de ellos estaban en su máximo esplendor, pero nos esperábamos una mayor deleite para los ojos... que le vamos a hacer!

Aún así lo disfrutamos a tope. 

Decidimos dormir en Navaconcejos, porque al día siguiente queríamos realizar la Ruta de la Garganta de las Nogaleas, que parte de este pueblo y tiene muy buenas críticas. 

Bonita poesía en recuerdo de los recolectores de cerezas!

Para cenar buscamos el mejor restaurante del pueblo y disfrutamos de unas ricas alcachofas y presa ibérica que estaba estupenda! 

Satisfechas, nos fuimos a dormir con el arrullo del río Jerte...